Guiado por su estrella Abdukodir Khusanov, Uzbekistán será uno de los equipos sorpresa del próximo Mundial de fútbol, después de su histórica clasificación que pone el foco en el desarrollo del fútbol en las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central.
El empate del jueves ante Emiratos Árabes Unidos (0-0) a una fecha para el final de las eliminatorias envía a los uzbecos al Mundial-2026 en Estados Unidos, México y Canadá.
Los 'Lobos blancos' uzbecos, independientes desde 1991 después de la caída de la URSS, participarán en el primer Mundial de fútbol de su historia.
Este logro, que en parte se debe al aumento de 32 a 48 equipos participantes en el torneo, valida el progreso constante de la 57ª selección del ranking FIFA.
A nivel regional, este logro forma parte de una mejoría global del fútbol en los países de Asia Central, que han destacado tradicionalmente más en los deportes de combate que en los de equipo.
Estos últimos años, las antiguas repúblicas soviéticas centroasiáticas han encadenado éxitos.
Kazajistán alcanzó por primera vez la repesca a la Eurocopa-2024, Tayikistán los cuartos de final de la Copa Asia-2024, Kirguistán la tercera ronda de clasificación al Mundial, mientras que el club campeón de Turkmenistán ganó este año el equivalente asiático de la Conference League europea.
En esta región de regímenes mayoritariamente autoritarios, el poder ha hecho del fútbol un asunto de Estado.
Las federaciones uzbeka y kirguisa son controladas por los jefes de los servicios secretos; el fútbol tayiko es gestionado por el hijo del presidente; el dirigente turkmeno ha creado en su honor Arkadag, un club casi invencible a nivel local; y el estado kazajo apoya sin reservas al club de la capital, Astana.
Jóvenes talentosos
Uzbekistán, la mejor selección centroasiática, se posicionó este invierno boreal en el mapa del fútbol mundial gracias al fichaje por el Manchester City del defensa Khusanov, adquirido del Lens por cerca de 40 millones de euros.
Pero según Ravchan Khaïdrov, seleccionador Sub-23, el éxito del fútbol uzbeko es fruto "de un trabajo a largo plazo".
"Decretos presidenciales adaptados para reformar el fútbol hace cinco o seis años marcaron el inicio de un proceso que continúa", explicaba a la AFP en el marco de un partido en Taskent.
Khaïdrov destaca en especial la "construcción de nuevos estadios y centros de formación", a veces con el apoyo de la FIFA.
"Nuestro sueño es ver a jóvenes uzbekos en los mejores clubes europeos", espera Khaïdrov.
Uzbekistán cuenta con una inmensa cantera, ya que un tercio de los cerca de 35 millones de habitantes tiene menos de 20 años.
"Es importante tener un enfoque sistémico para detectar los talentos y seleccionar los mejores. El mundo conocerá a Uzbekistán gracias a nuestra selección", resume Khaïdrov.
Un trabajo de formación que ya da frutos: en categorías inferiores Uzbekistán ha ganado la Copa de Asia Sub-17 y Sub-20, y se clasificó con el Sub-23 a los Juegos Olímpicos de París-2024.
Azamat Abdouraïmov, exinternacional y entrenador uzbeko, destaca el trabajo de la academia del Bunyodkor Tachkent, donde fue formado Khusanov, "probablemente una de las mejores de Asia central".
"Cuando yo entrenaba a los Sub-14 me fijé en Khusanov. Estoy orgulloso de que uno de mis jugadores juegue hoy en uno de los mejores equipos europeos. Tenemos otros ejemplos, como Eldor Shomurodov en la Roma y Abbosbek Fayzullaev en el CSKA Moscú", detalla.
"Creatividad"
Para superar la clasificación, la selección uzbeka se apoyó en ese trío dorado: el defensa Khusanov, el atacante Shomurodov y el centrocampista Fayzullaev.
Fayzullaev, extremo de 21 años, fue elegido mejor jugador asiático en 2023 y podría ser el próximo uzbeko en aterrizar en Europa, con un estilo que se asemeja al del georgiano del PSG Kvicha Kvaratskhelia.
"El fútbol uzbeko siempre ha tenido reputación por su creatividad. Siempre hemos tenido buenos atacantes y centrocampistas creativos, técnicos. Pero nos falta éxito porque hemos sido débiles en defensa", analiza Abdouraïmov.
En su opinión, "la fuerza del fútbol uzbeko reside en las combinaciones, la técnica, el juego de pases".
Pero Uzbekistán nunca se ha enfrentado a equipos europeos de alto nivel, y sus jóvenes talentos podrían sufrir de falta de experiencia.
Al ser preguntada por la AFP, la Federación subrayó las dificultades para programar partidos con equipos europeos o sudamericanos debido al calendario planificado.