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El dúo Infantino-Trump y el "sueño americano" del Mundial-2026

Único dirigente deportivo presente en la investidura de Donald Trump, el patrón de la FIFA Gianni Infantino muestra sin reparos su proximidad con el presidente estadounidense, símbolo de la importancia estratégica de Estados Unidos para el fútbol mundial.

"Gianni, obviamente, tiene una relación muy cercana con Trump, y la está aprovechando porque ambas partes están interesadas en que el Mundial-´2026 funcione", indica a la AFP John Zerafa, experto en comunicación deportiva con sede en Reino Unido. 

Elegido como líder de la FIFA en febrero de 2016, Infantino es un buen ejemplo de la influencia de la potencia norteamericana: tras la derrota de la candidatura estadounidense contra Catar para ser sede del Mundial-2022, una investigación extraterritorial del FBI sirvió de inicio al 'Fifagate' que se llevó por delante a su predecesor Sepp Blatter.

Estados Unidos obtuvo su revancha en junio de 2018, logrando la organización del Mundial-2026 junto a Canadá y México. Dos meses después, Donald Trump invitó a Infantino a la Casa Blanca, antes de volver a contar con el dirigente para pronunciar un discurso durante el Foro de Davos.

"Estados Unidos está a punto de convertirse en una gran potencia del fútbol", dijo entonces el italo-suizo. "El 'sueño americano' es algo que todos nosotros necesitamos, todos los que aman el fútbol".

Juntos en Oriente Medio

Tras los cuatro años del interludio de Joe Biden, la relación entre Infantino y Trump se reanudó de la mejor de las maneras. A mediados de mayo, Infantino llegó con mucho retraso al Congreso Anual de la FIFA, para exasperación del patrón de la UEFA, después de un viaje a Catar y Arabia Saudita junto a Trump.

Omnipresente en redes sociales, pero rara vez proclive a responder a la prensa, el patrón del fútbol mundial ha evitado hasta el momento todos los asuntos delicados, desde los ataques de Trump a sus vecinos canadiense y mexicano o al deseo del mandatario estadounidense de ver de regreso a Rusia durante el Mundial-2026, si bien la FIFA mantiene su exclusión debido al conflicto ucraniano.

El segundo mandato del líder republicano le coloca más que nunca en el centro del deporte: será presidente durante el primer Mundial de Clubes de este verano boreal, durante el Mundial-2026 y también los Juegos Olímpicos-2028 de Los Angeles, muchas ocasiones para presumir de la "grandeza" estadounidense.

"Trump es un hombre que se guía por los titulares y por ser el foco de atención, y le encantará serlo en antes y durante el Mundial, y sabe que todo tiene que salir sin contratiempo. Así que tienen un interés mutuo en que 2026 salga bien", asegura John Zerafa.

Un "mercado ideal"

La FIFA mira ya más allá: como única candidatura en liza al término de un plazo que concluyó en marzo, Estados Unidos debería recibir la organización del Mundial femenino de 2031, que pasará de 32 a 48 selecciones, como ocurre con el masculino.

El expansionismo, marca de fábrica de Gianni Infantino que le ha costado numerosas críticas por la sobrecarga del calendario internacional y el impacto medioambiental de los torneos, convierte a Estados Unidos en un aliado ahora imprescindible.

"Hay una voluntad recíproca: para Estados Unidos, la de crear un mercado para el fútbol, y para la FIFA poder desarrollar sus competiciones. Es un mercado ideal, tanto logística como comercialmente, porque el deporte espectáculo está extremadamente bien implantado", resume Raffaele Poli, que dirige el Observatorio del Fútbol de Neuchâtel (Suiza).

Frente al football amerciano, el béisbol o el básquet, el desafío del 'soccer' sigue siendo superar la imagen que se tiene en Estados Unidos de ser un deporte tradicionalmente femenino, un proceso que ya comenzó con el Mundial-1994.

Para que el 'soccer' arraigue entre la sociedad estadounidente, el equipo nacional debería llegar lejos en el torneo, algo que no está garantizado después de estar austente en 2018 y no pasar en octavos en 2010, 2014 y 2022.