ADVERTISEMENTS

EEUU, Canadá y México se preparan para el gran espectáculo del Mundial de 2026

Dentro de poco más de un año tendrá comienzo el mayor y más complejo Mundial de fútbol de la historia. Estados Unidos, Canadá y México serán los coanfitriones del gran espectáculo futbolístico en un contexto de tensión política provocada por Donald Trump.

Cuarenta y ocho selecciones y millones de aficionados se darán cita en Norteamérica con motivo de la primera Copa del Mundo de la historia compartida por tres naciones, que arrancará el 11 de junio de 2026. 

En teoría, la 23ª edición del espectáculo deportivo más popular del planeta tiene todas las papeletas para convertirse en un éxito. 

Un abanico de sedes, desde el emblemático Estadio Azteca de México hasta el reluciente SoFi Stadium de Los Ángeles, con un presupuesto de 5.000 millones de dólares, acogerán 104 partidos en casi seis semanas. 

Estados Unidos acogerá la mayor parte de los encuentros (78), mientras que Canadá y México albergarán 13 cada uno. 

Todos los partidos a partir de cuartos de final se disputarán en el gigante norteamericano, y el torneo culminará con la final en el MetLife Stadium de East Rutherford (Nueva Jersey), con capacidad para 82.500 espectadores, el 19 de julio de 2026.

"Como 104 Super Bowls"

Las autoridades estadounidenses creen que el regreso del Mundial a su territorio -32 años después de que Estados Unidos organizara el de 1994- podría representar un momento decisivo para el balompié en el país. 

"El Mundial va a llamar la atención sobre este deporte de una manera que nadie había soñado", declaró Don Garber, comisionado de la Major League Soccer (MLS), la liga de fútbol de Norteamérica.

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha promocionado el torneo como el equivalente a "104 Super Bowls", comparando los seis mil millones de espectadores que se calcula tendrá el Mundial con los aproximadamente 120 millones que sintonizan el clímax de la temporada del football americano. 

Hay precedentes históricos que sugieren que la exageración podría estar justificada. 

El Mundial de 1994 en Estados Unidos sigue siendo el más concurrido de la historia, con una media de 68.600 espectadores por juego. 

Sin embargo, aunque los organizadores esperan con impaciencia un éxito comercial, ya que una estimación de la FIFA sugiere que podría generar la friolera de 11.000 millones de dólares en ingresos, sigue habiendo dudas sobre otros aspectos del torneo.

Los 48 equipos -frente a los 32 que los disputaban desde Francia-1998 a Catar-2022- se repartirán en 12 grupos de cuatro. Los dos primeros de cada zona y los ocho mejores terceros pasarán a los dieciseisavos de final, dando inicio a las rondas eliminatorias. 

Es probable que esta ampliación reduzca la sensación de peligro en la primera ronda, un problema observado en otros grandes campeonatos que han aumentado de tamaño en los últimos años.

Atasco en las visas

También está la cuestión de cómo pueden afectar al torneo las políticas polarizantes de Donald Trump. 

Desde que asumió el cargo en enero pasado, Trump ha iniciado una guerra comercial mundial y amenazado en repetidas ocasiones con anexionarse Canadá, país coanfitrión del torneo del orbe. 

Además ha puesto en marcha una campaña de control de la inmigración en las fronteras estadounidenses y este mismo jueves anunció restricciones en la entrada al país de ciudadanos de 19 países, entre ellos cuba y Venezuela.

Trump, que preside un grupo de tareas de la Casa Blanca que supervisa los preparativos del Mundial, afirma que los aficionados extranjeros que viajen al torneo no tienen nada que temer.

"Cada parte del gobierno de Estados Unidos trabajará para garantizar que estos eventos sean seguros y exitosos, y que quienes viajen a Estados Unidos para ver la competición tengan una experiencia perfecta", dijo el mes pasado. 

'Precios dinámicos' de las entradas

Infantino, por su parte, insistió en que Estados Unidos estaba listo para "dar la bienvenida al mundo", pese a que con la medida anunciada este jueves, los ciudadanos de una decena de países (Afganistán, Birmania, Chad, Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen) tienen prohibida la entrada al gigante norteamericano, que también impone restricciones parciales a otros siete países (Cuba, Venezuela, Burundi, Laos, Sierra Leona, Togo y Turkmenistán).

Las medidas no afectarán a los futbolistas, según la Casa Blanca, entre ellos los de Irán, que ya tienen asegurado el boleto al torneo.

El secretario de Estado, Marco Rubio, dijo en mayo que parte del personal de las embajadas estadounidenses podría tener que trabajar a doble turno para agilizar la tramitación de visados.

Citó el ejemplo de Colombia, donde el tiempo de espera para obtener un visado estadounidense es actualmente de 15 meses. 

Los aficionados que viajen a Norteamérica, además, podrían tener que desembolsar una pequeña fortuna debido a la decisión de la FIFA de utilizar valores dinámicos para determinar el precio de las entradas.

Ese sistema, en el que los precios en los sitios web de venta de entradas fluctúan en función de la demanda, puede obligar a los aficionados a desembolsar miles de dólares para conseguir entradas para los partidos de mayor nivel. 

"Los precios dinámicos (...) explotan la lealtad de los aficionados", declaró a The Times Ronan Evain, director ejecutivo del grupo de aficionados Football Supporters Europe. "Sería un fiasco que la FIFA lo utilizara en el Mundial".